PRIMERA IGLESIA BAUTISTA
EMANUEL DE MASAYA

Dios con nosotros - Predicamos a Cristo

Deja de jugar

con el pecado

Por Andrew Mathieson

 

 

Un tipo inteligente que ya murió y que se llama Jonathan Edwards dijo una vez esto: “La perseverancia es una consecuencia necesaria de la salvación”. Lo que eso significa es que cuando alguien es verdaderamente salvo, cuando alguien realmente se convierte en cristiano, continuará a lo largo de toda su vida amando a Jesús y obedeciendo Su Palabra. Pecarán y tropezarán en el camino, a veces incluso pueden crear un completo caos, pero si realmente son cristianos, si son verdaderamente convertidos, siempre se arrepentirán eventualmente de sus pecados y volverán a correr tras Jesús. Si no lo hacen, si abandonan después de una semana, unos meses, incluso después de 20 años, entonces nunca fueron cristianos, sin importar lo que dijeron o hicieron en el pasado. Están muertos en el pecado y enfrentarán la consecuencia del pecado, que es la ira justa y buena de un Dios santo para siempre en el infierno. La perseverancia es mortalmente seria y la falta de perseverancia es simplemente mortal. Los verdaderos cristianos corren la carrera hasta el final y al hacerlo reciben la recompensa por correr.

 

“Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:1-2).

 

El punto principal de este texto es la orden: ¡CORRE! Todo lo demás lo confirma, lo explica o da motivación para ello. ¡CORRE! ¡Corre la carrera que tienes delante de ti! No pasees, no pierdas el tiempo en tonterías, no deambules sin rumbo. Corre la carrera con resistencia, hasta la línea de meta, porque todo depende de ello.

 

Vamos a dividir el texto en dos partes. Vamos a ver qué vamos a hacer (correr) y el cómo se supone que debemos hacerlo. ¿Qué y cómo? En cada parte vamos a ver tres cosas. Así que profundicemos en la primera sección: ¿Qué se supone que debemos hacer? ¡Correr! Recuerda, ese es el punto más importante del pasaje. ¿Qué significa correr de verdad? No pierdas el tiempo, no dejes que nada se interponga en el camino y no te rindas.

 

No pierdas el tiempo

 

El libro de Hebreos fue escrito en una iglesia que se había vuelto demasiada cómoda en el mundo. Habían perdido su convicción y habían comenzado andar a la deriva a lo largo de la vida, y ahora las circunstancias a su alrededor estaban cambiando y se estaba volviendo impopular e incómodo ser cristiano. Hubo una verdadera tentación de claudicar y regresar a la comodidad, y a la seguridad de sus vidas anteriores.

 

Este libro está escrito para advertir a las personas que no se alejen de Jesús. Está lleno de advertencias contra el rechazo de Cristo y los recordatorios de las consecuencias de rechazarlo.

 

Hebreos 2:1-3 advierte: “Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos… ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?”. Como creyentes se supone que debemos prestar mucha atención a las cosas que escuchamos y leemos de la Palabra de Dios. No es un juego; no prestar atención trae como resultado andar a la deriva, lo que conduce a un juicio ineludible. No juegues con Dios y Su Palabra.

 

Hebreos 3:12-13 advierte otra vez: “Tened cuidado, hermanos, no sea que en alguno de vosotros haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo. Antes exhortaos los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado”. Ten cuidado, no juegues, examina tu corazón, rinde cuentas y aliéntense unos a otros para que no se puedan mentir a sí mismo y endurecerse al pecado. La responsabilidad individual y la responsabilidad corporativa de la membresía de la iglesia son realmente importantes porque el pecado es engañoso y todos los que leen esto son pecadores. Jeremías 17:9 dice: “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?”.

 

El autor de Hebreos está preocupado de que las personas no estén teniendo cuidado apropiado en su carrera; le preocupa que estén desarrollando una sensación de seguridad y comodidad. Le preocupa que las personas estén jugando con Dios y él escribe este libro para advertir contra este tipo de pereza y necedad. El autor de esta carta desea desesperadamente que veamos el peligro de jugar y alejarse en la vida cristiana.

 

“Pues aunque ya debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios. Porque todo el que toma sólo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal” (Hebreos 5:12-14).

 

Dios espera que los cristianos avancen en la carrera, que crezcan de niños a adultos. Se supone que debemos pasar de la leche a sólidos: se supone que debemos crecer en rectitud, volvernos más como Jesús y poder distinguir el bien del mal. No hay lugar en la carrera cristiana para quedarse quietos, relajarse y descansar en nuestros logros o decisiones. La realidad para el creyente es que nos movemos hacia Jesús o nos alejamos de Él.

 

Nunca nos quedamos en el mismo lugar, porque la carrera cristiana corre cuesta arriba, como contra el flujo de una escalera mecánica. Cuando dejamos de correr, cuando nos equivocamos y empezamos a tomarnos las cosas con calma, comenzamos a retroceder hacia donde comenzamos. Ves, los corazones caídos quieren huir de Dios, no hacia Él.

 

Juan 3:19-20 dice: “Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas”. Cuando nos dejan a nuestros propios recursos, nos alejamos de Dios y vivimos en un mundo cuyo flujo constante también está alejado de Dios y de la piedad. Y no lo olvides, también tenemos un enemigo que está más que dispuesto a darnos una patada por la escalera mecánica o colgar cosas lindas delante de nosotros para distraernos y hacer que nos quedemos quietos.

 

Volvamos a nuestro texto y veamos por qué el autor de este libro está tan desesperado para que no juguemos. Perder el tiempo da lugar a la deriva, y la deriva conduce al desastre, y luego la orden viene: CORRE. Se requiere de un esfuerzo real. Excavar, cavar profundo y avanzar.

Artículo publicado en 20Schemes | Traducido con permiso por María Andreina

http://sdejesucristo.org/deja-jugar-pecado-parte-1-no-pierdas-tiempo/

 

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